El me enseñó que flotar boca arriba en el mar no le llega a los tobillos a flotar de pié entre las nubes. Me enseñó que no es cierto lo que dicen los dentistas, eso de que lo dulce daña los dientes... es el hombre más dulce que he conocido y mis dientes siguen intactos. Me enseñó que me falta mucho por ver y aún más por tocar. Me enseñó que aún puedo ser tomada de sorpresa... que no se leer a la gente tan bien como pensaba.
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