LOS CARROS DEFECTUOSOS

NOTA ACLARATORIA: Amo mi país. Este ñaki de tierra llamado Puerto Rico. No quisiera vivir ni morir en ninguna otra parte. Yo soy de Puerto Rico, y Puerto Rico es mío. Ahora bien, el hecho de que ame mi país, aún con sus políticos ineptos, sus carreteras en crítica falta de repavimentación y sus hospitales muy poco hospitalarios… no significa que no pueda señalar las cosas que me provocan úlceras.

Quiero saber como es posible que los dueños de las cientos ((quizás miles)) de empresas dedicadas a la venta de vehículos de motor en este país permitan que sean importadas tantas unidades defectuosas. ¿Acaso no se dan cuenta? Pues yo si, señoras y señores. Yo si me doy cuenta.

Cada carro que se me cruza en la autopista a medio chavo de pan de mi “bumber”, trajo las señales defectuosas.

Cada carro que me deja ciega en las calles de Naguabo en las noches, trajo las luces cortas defectuosas.

Cada carro donde viajan niños sin su debido asiento y sin cinturones, trajo los cinturones defectuosos.

Cada carro mal estacionado a la orilla de la acera, trajo los espejos defectuosos.

Cada carro que amenaza con montarse en el baúl del mío, trajo los frenos defectuosos.

Cada carro que me deja el cerebro chillando en medio del tapón por estar sonando la bocina desconsideradamente, trajo la bocina defectuosa.

Cada carro que me rebasa a 80 millas por hora, trajo el acelerador defectuoso.

¡Esto es un grave insulto hacia la industria automotriz! ¡Que se haga algo, antes que estos carros defectuosos ocacionen más accidentes!