MAMI

Dedico este post a una persona que ni siquiera sabe encender una PC.

Feliz cumpleaños, Mami.

Mi madre es la persona más luchadora que conozco. Desde niña su vida fue difícil, creciendo en un hogar pobre y quedando huérfana de madre en el 1979 y luego de padre también en el 1980 solo un mes antes de yo nacer. Es la penúltima de siete hermanos, y como por asignación divina, tomó el papel de mi abuela cuando ella falleció. Allá por el 1988 tomó a sus tres hijos y se fue a un país desconocido, con un idioma que no entendían, huyendo de un matrimonio fracasado y de un hombre que a pesar de tener varias otras mujeres, no sabía dejarla ir. Mi papá siempre fue y es aún un excelente padre, lo que no supo ser fue un excelente esposo.

En Estados Unidos, como muchas madres solteras, las pasó negras, pero ésto lo sé ahora, porque en aquel entonces nosotros ni nos enterabamos de que ella dejaba de comer para que nosotros no nos acostaramos con hambre. Tengo vagos recuerdos de nuestros primeros años allá, quizas mi mente es tan poderosa que quiere librarme de los malos recuerdos. Lo que si recuerdo es que a pesar de las dificultades, mi madre jamás dejó de llevarnos a la iglesia con frecuencia. Nos enseñó a amar a Dios y a ser agradecidos de las pocas cosas que teníamos.

Hoy día pienso en cuan difícil debió ser para ella, en cuantas noches se habrá dormido llorando, o con hambre, con la incertidumbre de no saber si al día siguiente conseguiría para darnos de comer. Recuerdo verla arrodillada frente a su cama en las noches antes de dormir, orando y muy posiblemente pidiendole a Dios por nosotros, sus hijos, dejando de ser mujer para ser madre.

Luego de varios años decidió regresar a Puerto Rico, ya eramos jovencitos mis hermanos y yo. Aquí ella se siente feliz.

Mi madre nunca volvió a casarse, y si le preguntas el porque te va a decir: "Jamás le pondría un padrastro a mis hijos." Esa fue su decisión, porque pretendientes no le faltaron.

Gracias Mami, por dejar de ser tuya para ser nuestra; por dar tu vida para que las nuestras florecieran; por enseñarnos a ser agradecidos; por ser el vivo ejemplo de una persona luchadora y honrada; por tantas cosas que nunca podré pronunciar. Eres la heroina de mi cuento y la reina de mi palacio. Te amo.

Mi madre con su hermano menor, en la boda de mi tia.