1.3.07

RECORDAR NO SIEMPRE ES REVIVIR


En los pasados dias ha estado divagando por mi mente este individuo. Él ya no existe en mi vida, dejó de ser alguien para mi hace varios años. Ya no lo amo, ni siquiera lo quiero... es más, ni siquiera me importa si viene o va. Pero, por el simple hecho de estar dedicandole estas pocas líneas, sé que hay cosas que de repente despiertan su recuerdo, ese que nunca murió, que apenas se duerme de vez en cuando.

¿Que si lo amé?
Sin medidas, ni condiciones, a ciegas, como niña de 15 años.

¿Que si lo extraño?
Claro, nunca dejaré de extrañarlo.

Te comparto la breve historia, aunque quizás ya te la sabes de memoria.


29 de junio de 2003

Lo primero que noté fue el tamaño del aeropuerto. No porque haya sido grande como lo había imaginado. Era pequeño, con atmósfera de intimidad y aliento de bienvenida. Por fin. El momento esperado. Miré a todos lados, no había mucha gente, pero entre el grupo conglomerado a la salida del “gate” no veía el rostro desconocido del alma que pensé conocía a perfección. Siguiendo la dirección en la cual caminaban los recien llegados igual que yo, me dirigí hacia el area donde me esperaba mi equipaje. De repente un brazo, de la nada, se tiende sobre mi hombro. Un rostro mexicano con el cabello mas lacio que jamás había visto y la sonrisa de un niño de 28 años. Y el beso. El beso inesperado del hombre a quien más he esperado en mi vida. Intentar describir el sentimiento es tan difícil como lo es de fácil describir el momento. Una palabra: divino. Con el equipaje en mano y el amor al lado salí del diminuto aeropuerto para ser recibida por frio como hacía años no sentía. El equipaje mas liviano lo cargó él, ese era el que llevaba mi ropa y efectos personales. El más pesado siempre lo cargué yo. Yo cargué los sueños y las ilusiones.

Una rosa roja, sin espinas, y una barra de chocolate esperaban a una mujer sobre el asiento de la camioneta azul y blanca. Alomejor jamás lograré saber si esa mujer era yo. De todas maneras, el educado mexicano me dio ambas cosas. Le regalé una sonrisa y el me regaló un dulce beso cargado de promesas.

No recuerdo si el camino hacia su hogar fue corto o largo. Solo recuerdo que hacía frio. En el pequeño pero decente apartamento conocí a una de las personas más dulces y honradas que he tenido la dicha de conocer. De hecho, si no huviese conocido a la pequeña señora de gran corazón, diría que el viaje fue totalmente en vano. La cena estuvo deliciosa, hecha por las manos expertas de la señora mexicana de ojos tiernos. Sabores muy diferentes, que por ser diferentes no los convierte en desagradables. Si huviese conocido en aquel momento lo que conozco ahora, le huviese invertido más tiempo a la señora y menos a su hijo. La despedida fue bonita. Con aquella despedida le di la bienvenida a mi corazón y ella me dio la bienvenida a su hogar.

El cuarto de hotel era pequeño. Furnitura tan poco distinguida que ni aun su color recuerdo con precisión. Pero la furnitura era lo de menos. Aquella noche del 15 de mayo pinté color esperanza aquellas sábanas. No es de buena educación contar las intimidades de un hombre y una mujer, así que bastará con resumir que una a una aquel hombre me presentó todas las estrellas por nombre y apellido. La mañana, aunque lluviosa y friolenta, fue hermosa. Despertar al lado de la persona que amas siempre es hermoso, sin importar las inclemencias del tiempo.

Entonces... ¿cómo será posible que semejante sueño se haya convertido en una pesadilla? Desayuno en IHOP, cena en Sr. Tequila, horas en el parque de diversiones, en la camioneta, en el hotel... que bonitas fueron. Y aquel lago... jamás había visto cosa igual. Que ironía... hasta me dijo, media hora antes del "momento", que al otro lado de aquel lago construiríamos nuestro hogar. Y fue entonces, cuando mirandome a los ojos, me dijo las palabras que hicieron añicos mi corazón idiota. Me dijo que la amaba a ella. Y claro, yo entendía porqué podía amarla, yo también la amaba, era mi mejor amiga. Traté de ser fuerte, lo prometo... pero cuando los sueños, las ilusiones, los deseos... te abandonan, llegas a sentir que todo lo demás vale poco. Y lloré, como nunca antes y nunca después... hasta que no se distinguía el café de mis ojos. Me desayuné las lágrimas hasta Chicago... me las almorzé hasta Miami... y las detuve al poner pié en suelo boricua.

Gracias fulano, por todas las cosas que me enseñaste, y porque gracias a ti descubrí que indudablemente lo que no nos mata nos hace más fuertes. Hoy, dos años y nueve meses después, puedo culminar esta historia con una sonrisa, teniendo pleno conocimiento de que dos males no hacen un bien, y sobre todo que perdonar nos ensancha el alma.

5 comentarios:

.::Mau::. dijo...

Wow Xai a veces la gente nos hace tanto daño. Nos sube y cuando estamos en la nube nueve, casi en el cielo, nos dejan caer, sin cerciorarse de que caigamos vivos.

Eso que cuentas es horroroso, literariamente perfecto, eso si, pero yo siempre he dicho que hay historias que por mas lindas que las cuentes no son lindas. Esta es una.

Qué bueno que ya has perdonado... perdonar nos hace grandes pero tambien felices.

Besos!

La-Roc dijo...

Compartimos una marca, una herida que el tiempo sanó con agua de sal. No deseo que se borre, la vivimos, gritamos, lloramos, pensamos morirnos pero... de ti aprendí que lo que no nos mata nos hace fuertes.

Muy atinado eso de que recordar no siempre es revivir... creo que hemos renacido de las cenizas que muchos juraron se habían dispersados.

Hemos vuelto a la misma parada del tren y ambas decidimos retomar el camino en el mismo vagón. Doy gracias de que estás nuevamente acompañándome en este viaje de pandora, que comúnmente le llamamos vida.

Te quiero... ayer, antes, hoy, ahora, mañana, después... sin importar la hora, el día, el lugar, el mes, el año o las circunstancias.

Un abrazo desde aquí... ♥

Baakanit dijo...

"bastará con resumir que una a una aquel hombre me presentó todas las estrellas por nombre y apellido"

Ya entendí el rompe cabezas.

Bueno, son historias duras, lo que hay que aprender es que en este mundo hay muchísimas personas que estarían dispuestas a hacerte feliz.

La amistad vale mucho, es bueno que la hayan recuperado.

Ciao

Valeria Elías dijo...

es dificil, es doloroso, como uno lo supera, no lo sé, como lo logré tampoco, pero se que mi tonto corazoncito aún así esta dispuesto a seguir queriendo...
abrazos

Claudio dijo...

ciertamente dos males no hacen un bien.. pero siempre podrás mirarte al espejo sin sentir vergüenza.. porque amaste y lo diste todo, luego dolió pero como bien dices.. lo q no t mata t hace mas fuerte..

un fuerte abrazo!!